Aerotermia

Aerotermia y el cambio climático,

aerotermia y planeta

Aerotermia para cuidar el planeta.

 

La aerotermia es una pieza a menudo olvidada, pero increíblemente importante, del rompecabezas de las energías renovables.

Y a medida que sigamos buscando formas de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y abordar el cambio climático, la energía aerotérmica será cada vez más importante.

El clima de la Tierra está cambiando y, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se debe a la actividad humana. Una de las formas en que estamos contribuyendo al cambio climático es a través del uso de fuentes de energía aerotérmica, como los motores a reacción y las centrales eléctricas.

La demanda global de energía para calefacción, refrigeración e iluminación creció casi un 4% en 2021 en comparación con 2020. El aumento de 3 puntos porcentuales es aún más significativo si se tiene en cuenta que se produce después de 2 años consecutivos de descenso desde 2016 debido en gran parte a las políticas gubernamentales destinadas a reducir las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles
Para alcanzar los compromisos establecidos por el Acuerdo de París en 2030, necesitamos reducir nuestro impacto medioambiental en su conjunto.

La aerotermia no sólo es rentable, sino también muy eficiente. De hecho, al combinarla con otros recursos renovables como la energía solar fotovoltaica se puede conseguir un ahorro de hasta el 80% en el consumo de su sistema de aire acondicionado o calefacción.

La eficiencia de los sistemas aerotérmicos es impresionante, ya que no requieren ninguna fuente de combustible. Además de ser respetuosos con el medio ambiente y rentables a lo largo del tiempo debido al bajo mantenimiento que requieren este tipo de fuentes de energía en comparación con otros métodos más tradicionales como las unidades de refrigeración alimentadas por gas o aceite que necesitan ser reemplazadas cada pocos años antes de que su eficacia expire por completo.
Sólo en Europa se ha producido una reducción del 80% desde 1991 en lo que respecta al cierre completo de las nuevas construcciones, lo que significa que puede ahorrar dinero al tiempo que mejora el aislamiento de su casa.